lunes, 3 de noviembre de 2014

Cómo conoci a mi humana - Hoy: Don Negrone y Chiquita de la Calle

      Para que tutti sepano, io non stuve sempre en la calle.
      Io vivia con una famiglia que me adoptó de cachorrito, pensando que iba a ser un perro pequenino. Y cuando me volví grandote, una mañana de verano me metieron en una caja con ruedas como si fueramo' a paseare y me decaron en la esquina de la casa de la Patrona.
   Al principio, estábano como perdido, non sabía que hacere. Pensaba que la mia famiglia iba a volvere a buscarme, pero non vinieron y el barrio me adoptó.

     La gente del barrio es molto buena, me dan de comere y yo los acompaño a tomare el colectivo o hacere las compras. Questa e' la calle más secura del barrio, si io stano patrullando non hay ladrone que se anime a caminare per aqui.

     Pero cuando vino l'inverno, encontré el problema de que, como tutta la' casa' tienen recas, non tenía dónde meterme cuando piovía. Una notte de tormenta la esperé a la Patrona, que volvía de trabacare, sentado abaco de la pioggia, tutto empapado... era la imagen del desamparo. E la Patrona me dico "ta bene, entrá y dormí en el porche" y me dio la misma comida que le da al suo perro de adentro, el tal Tobi.

     Desde entonce, hace ya como cuatro anni, tuttas las nottes vengo a dormire al porche. La Patrona me hizo una cama con un pallet para que non me moque aunque piova molto molto, e sempre tiene un tarro con aqua en la porta para que tutto lo perro callequero puedan bebere. En verano pone due tarro, per la duda.

     E hace como un anno e medio se nos agregó la Chiquita. La Patrona la llevó a operare e il dottore le dico que la decara "dentro" pero non podía, así que la decó en el porche hasta que se le curó la herida de la operatzione... e claro, se quedó a dormire tutta la notte comme io.

     Una chica rara, la Chiqui... Non huele como una chica, pero tampoco como uno varone... A vece hace pi pi levantando la pata comme si fuora un perro... Non sé qué pensare, me desconcierta, pero por otro lado me tranquiliza porque cuando io me quedo en otra casa, conquistando alguna señorita, ella se viene a dormire a lo de la Patrona e la ciuda hasta que io vuelvo.

     La Chiqui e io somo due spiritu libero, non queremos estare encerrado' así que a la mañana, despué de que sale il sole, queremo salire de vuelta a la calle y correre de punta a punta a tutto lo coche e la bicicleta que pasano. E ire a desayunare al tallere. Despué almorzamo' en la casa de la viequita de la vuelta y la maestra de la otra cuadra nos da la merienda a la tarde. E la Patrona nos da la cena, le cuidamo la casa e dormimo bajo techo.
     Non nos podemo quecare, questo es un bellissimo barrio per vivire.




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4 comentarios:

  1. Te olvidaste de mencionar que cada vez que invitás gente a tu casa tenés que agarrarlo para que no se morfe a los invitados cuando entran y salen ;)

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    1. ¡IO SONO UNO PERRO GUARDIANE! Cumplo el mio debere de cuidare la casa de la Patrona... ¿Comme puedo sabere si lo invitadi sono buona gente o no? Si alguno trajera una rodilla de vaca de regalo para il cane, per ejemplo, demostraria la buona voluntade y seguramente podria pasare sin problema, pero ninguno trae niente... Io tengo que protequere a la Patrona, tengo que ganarme la cena, la sua casa es la mía casa.

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  2. Qué bueno, Don Negrone y Doña Chiquita, que hayan podido encontrar un a gran humana como Greis!!!! En nuestro barrio también tenemos algunos invitados de la calle. A mi hija Mora mucho no le gusta que vengan y si la mamá humana no la reta, se come la comida que les deja a nuestros colegas!! Sucede que la muy turra se cree humana!! De vez en cuando tengo que gruñirle un poco y recordarle que tiene cuatro patas como yo.
    Disfrute la libertad!!! pero contando siempre con un lugar calentito donde guarecerse.
    Andy

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    1. Tante grazie, don Andy... Io he tenido varios hicos, pero andan tutti per ahì, libres comme io e las suas mammas... Aqui entre nos... Si la Patrona no viquila, io tambien me como la comida de la Chiqui, pero es solo para que recuerde quien manda.
      ¡Un abrazo perruno!
      Don Negrone

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